Tasha Layton revela Cómo su experiencia con Katy Perry moldeó su fe

Junio 18, 2024 | Vistas 324
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A los 41 años, la reconocida artista gospel Tasha Layton ha compartido cómo su viaje musical ha sido moldeado por lecciones profundas de fe y dirección divina. En una entrevista con CBN News, Layton reveló cómo su experiencia como corista de Katy Perry fue crucial para su crecimiento espiritual y profesional.

"Antes de aventurarme en mi propia música, hubo años de incertidumbre sobre cómo Dios resolvería todo", confesó Layton. "No entendía por qué seguía este camino o cómo Él lo utilizaría para su gloria. Es fácil perderse o permitir que otros definan quién eres. Es una lección continua de confianza".

Después de años de giras mundiales con Perry, Layton enfrentó una decisión crucial: aceptar una oferta en el ámbito secular o seguir un camino completamente diferente.

"Recibí una oferta en el ámbito secular y sentí con firmeza que no era mi llamado", compartió Layton. "Quería conectar a la gente con Dios a través de mi música, mi equipo y mi integridad. No sentía que pudiera hacerlo completamente siguiendo ese camino".

Aunque en el momento no entendía completamente su rumbo, Layton reconoce ahora que Dios estaba escribiendo una historia hermosa en su vida. Ella alienta a otros a confiar en Dios y permitirle abrir camino cuando se entregan a Él.

En la industria de la música cristiana, Layton enfrenta desafíos particulares pero sigue comprometida a seguir el camino que siente que Dios ha trazado para ella. A pesar de las tentaciones del éxito secular, Layton siempre supo que su propósito era el ministerio completo.

"Ya había experimentado el glamour y la fama, pero hay una razón por la que Pablo advierte sobre ganar el mundo y perder el alma", reflexionó Layton. "Optar por lo que sentía que era la voluntad de Dios para mi vida ha sido increíblemente gratificante".

Hoy en día, Layton se dedica plenamente a crear música cristiana y compartir su historia inspiradora. Su vida es un testimonio de que siempre es posible responder al llamado de Dios, independientemente de la edad o las circunstancias.