El evento se llevó a cabo en el Salón de Convenciones Saint Phila, ubicado en Vientiane, con el apoyo de las iglesias locales y el permiso otorgado por el gobierno.
Durante el pasado sábado y domingo, Graham compartió un mensaje de esperanza centrado en Jesús, resaltando el amor de Dios y el verdadero propósito de la Navidad.
Para facilitar la asistencia, la Asociación Evangelística Billy Graham proporcionó transporte gratuito mediante autobuses, permitiendo a miembros de iglesias, amigos y familiares acudir al evento. La cruzada también contó con la participación de reconocidos artistas cristianos, como Charity Gayle y la Tommy Coomes Band, lo que atrajo a personas de diferentes localidades, llenando por completo el lugar.
“Si no recuerdas nada más, recuerda esto: Dios te ama”, enfatizó Graham durante su predicación.
Entre los asistentes se encontraba Mali junto a sus dos hijas, Sunya, de 11 años, y Ying, de 6 años. Ellas se unieron a las cientos de personas que aceptaron a Jesús durante la cruzada. Mali compartió que fue invitada por alguien de una iglesia cercana y declaró con fe: “Sé que Jesucristo es Dios. ¡Solo lo creí!”.
Otro testimonio conmovedor fue el de Som, quien viajó desde un pueblo lejano. Antes del evento, había tenido un sueño relacionado con Dios, lo que lo llevó a entregar su vida a Cristo. Som expresó: “Soñé que conocía a Dios. Creo que Jesús es real y verdadero. Mi mayor esperanza es que, cuando ya no esté en este mundo, estaré con Dios. Quiero estar con Él”.
A través de sus redes sociales, Graham expresó su gratitud al gobierno de Laos por la hospitalidad brindada y agradeció a Dios por las puertas abiertas en el país.
“Es maravilloso ver cómo Dios obró en Laos y respondió tantas oraciones este fin de semana. Por primera vez, las personas pudieron reunirse públicamente para escuchar un mensaje bíblico sobre el amor de Dios”, escribió Graham.
“Amamos a este país y celebramos con gratitud los cientos de personas que han puesto su confianza en el Hijo de Dios, Jesucristo. A Él sea toda la gloria”, concluyó.
Sin embargo, el contexto religioso en Laos sigue siendo desafiante. Según un informe de Open Doors, el gobierno comunista considera a la mayoría de las reuniones cristianas como “actividades ilegales”, lo que somete a los creyentes a estricta vigilancia. Algunas iglesias registradas operan bajo supervisión constante, mientras que otras, al no contar con permisos oficiales, deben reunirse en secreto.
El informe también detalla que líderes de iglesias no registradas han sido arrestados y encarcelados por hasta un año. Sus familias e iglesias son frecuentemente obligadas a pagar multas para asegurar su liberación, en una persecución que a menudo involucra la cooperación entre las autoridades locales y las comunidades.