Julissa y su hija Alyrah Anais unen sus voces en una nueva versión de “Él No Pereció”.

Abril 05, 2024 | Vistas 309
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La cantante Julissa junto a su hija Alyrah Anais presentan con un nuevo arreglo sinfónico “Él No Pereció”. La cantante menciona que grabó originalmente “Él No Pereció” en el año 2000 y, en honor a sus 25 años de trayectoria ministerial, ha decidido rehacerla con un arreglo sinfónico, contando con la participación especial de su hija Alyrah Anais“Sentí muchas emociones mientras grabamos el video. Sobre todo al ver a Alyrah, que representa a una generación nueva, adorando y haciendo esta declaración que es el mensaje del Evangelio.” expresó Julissa.

La canción “Él No Pereció” es un himno cristiano que celebra la resurrección de Jesucristo, un pilar fundamental de la fe cristiana. La letra de la canción se centra en la narrativa de la pasión y resurrección de Jesús, enfatizando el amor y sacrificio que él demostró al soportar el sufrimiento y la muerte por la humanidad. La canción comienza con una interpelación directa a los oyentes, cuestionando por qué algunos le dan la espalda a Jesús a pesar de su sacrificio.

El coro de la canción es una afirmación poderosa de la creencia en la resurrección: “Él no pereció dejó la tumba vacía”. Esta línea es una referencia directa al evento bíblico donde Jesús, después de ser crucificado, resucita al tercer día, dejando su tumba vacía. La canción utiliza esta imagen para transmitir un mensaje de esperanza y victoria sobre la muerte, sugiriendo que aquellos que creen y miran hacia el calvario, el lugar de la crucifixión de Jesús, también tendrán parte en esta resurrección.

La música de Julissa, conocida por su estilo de adoración y alabanza, a menudo incluye temas de redención, amor divino y esperanza eterna. “Él No Pereció” es un ejemplo de cómo la música puede ser utilizada para reforzar y compartir creencias religiosas, proporcionando consuelo y fortaleza a los creyentes. La canción no solo celebra un evento histórico-religioso, sino que también invita a la reflexión personal sobre la fe y la relación con lo divino.